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sábado, 25 de diciembre de 2010

ღ Capítulo 8 ღ

Bill: te ves hermosa Morgan. Sin intimidar ni nada por el estilo. –Sonrió- ¿Lista para irnos?
Morgan: Claro… Pero antes, es mejor avisarle a Gustav que saldré contigo. Para que no se preocupe cuando llegue.
Bill: Claro… espera.

Bill tomó una hoja y una pluma que había en la mesa donde se encontraba el teléfono. E hiso una nota diciendo que Morgan estaba con él. Dejó el papel en el sillón y acto seguido ambos salieron de la casa. Morgan subió al auto de Bill y se dirigieron a su destino…

**** Mientras tanto con Gustav****

Issy: Gustav… ¿Me responderías con sinceridad una pregunta?- preguntó ansiosa mientras caminaban hacia la salida de aquél parque. La pequeña Layla (hermana de Issy) jugaba con su pequeño cachorro corriendo de un lugar a otro.

Gustav: Claro… la que quieras.- Respondió rápidamente al sentir curiosidad sobre aquello que se le iba a preguntar.

Issy: ¿Alguna vez has perdido a un ser muy querido?

Gustav se quedó atónito al ser cuestionado de esa manera. Nunca nadie le había preguntado algo similar a aquello que comenzaba a incomodarle. Pero respondió sinceramente.

Gustav: Sí, a mi abuelo. Fue algo terrible cuando me enteré que se había caído de las escaleras ocasionándole la muerte. Fue por él que me hice más fuerte… o mejor dicho, más tímido. No quiero perder a alguien más.

Issy: Y… ¿Qué harías si a mí me pasara algo?

Gustav: ¿Cómo?... Por Dios Issy. A ti nada te pasará. No si yo estoy contigo.

Issy: Pero y si tú no puedes hacer nada… Nadie.

Gustav: No sé a qué punto quieras llegar. Pero no permitiré que algo te pase. ¿Oíste?... Tú cambiaste mi vida cuándo te vi. Me creíste y me quisiste aún sin tratarme perfectamente, y aunque no sepas mis más íntimos secretos… siempre hubo confianza y preocupación por pate de los dos. Así que no me vengas con tus preguntas intrigantes porque NO… PASARÁ… NADA. ¿Entendiste?

Issy asintió con la cabeza y abrazó fuertemente a Gustav. Él sintió ese abrazo cómo el más sincero y caluroso. Temía que algo pasara. Aún confundido, respondió aquél abrazo. Besó su frente y después sus labios. Verdaderamente la amaba aunque sus sentimientos estuviesen confundidos con Morgan. Eran cariños distintos, pero su cariño con Issy era más fuerte.

Gustav: Vámonos, ya mero anochece.

Issy: No, espera. Me gustaría ver a tu lado el anochecer. Aunque sea ésta única vez. Aprovechando la oportunidad de que estoy con mi hermana y contigo. ¿Sí?
Gustav: está bien Princesa…



****En el restaurant****

Al llegar al restaurant, Bill trató a Morgan cómo una dama. Ella se quedó impresionada al ver el lugar tan espectacular…



Bill: ¿Cómo te sientes?- preguntó ya estando sentados en la mesa con los libros del menú.-

Morgan: Es sensacional. Gracias Bill.

Bill: ¡Vaya! Hasta que dices correctamente mi nombre.- sonrió- Antes me decías Will.

Morgan: bueno… es que suenan casi igual.

Bill: No te preocupes. Poco a poco has avanzado perfectamente bien. Aunque siga sin entender algo.

Morgan: ¿Qué?

Bill: Exactamente… ¿De dónde vienes?, porque por lo que he visto no estás acostumbrada a éste tipo de vida.

Morgan: -nerviosa- bueno… ammm… no me lo vas a creer.

Bill: Soy tu amigo, te entenderé.

Morgan: Bueno, yo antes vivía en la Isla de las mariposas. La isla Schmetterling. Fui engendrada ahí y cuidada por mi padre. Crecí con otro tipo de costumbres, nada similar a todo esto. Comía puras plantas y algo de polen…

Bill: Espera…-interrumpió- dijiste ¿Polen?
Morgan: -espantada- Oh, sí… era parte de una dieta especial para… cuidar la piel. Para que no se resecara ya que estaba expuesta al sol y al agua.

Bill: ¿Enserio? Algún día me la enseñarás para cuando vallamos a la playa.

Morgan: ok ok.

Bill: ¿Y cómo es que llegaste hasta acá? Hasta Alemania…

Morgan: Eso no lo sé… Un tipo alto y fuerte me sacó de esa Isla, mi hogar. Recuerdo que me empujó en su pequeño bote y me pegué en la cabeza. Nada más.

Bill: Pobre de ti. Pero que mal por el… ¿A qué maldito desgraciado…

Mesero: Disculpe.- interrumpió a Bill- ¿Podría bajar la voz? Hay gente que lo escucha.

Bill: Disculpe señor.

Mesero: ¿Ordenarán algo?

Bill: Claro, por favor tráigame una ensalada con un poco de soya y el mejor vino que tenga.

Mesero: Claro, y ¿Usted señorita?

Morgan: Un coctel de Camarón por favor.

Mesero: Enseguida les traigo su orden.- se fue-

Bill: Oye Morgan… tengo algo para ti.

Morgan: ¿Ah sí? ¿Qué es?

Bill metió su mano a su chaqueta sacando una pequeña caja de cristal de su bolsillo…

Bill: Éste es un pequeño regalo por parte de Tom y mío.

Morgan: ¿Tom? El chico que me quiso besar?

Bill: Sí, es por eso que tuvo la grandiosa idea de que te regaláramos algo. Y aquí está.

Morgan: Hay Dios… Es hermoso.

Aquél obsequio era un anillo de oro con una piedra en el centro y un par de mariposas a cada costado. Su color púrpura lo hacía resaltar más.



Bill: No sé si te gusten las mariposas pero… creo y la intención cuenta.

Morgan: Bill, me encantó. Y claro que me gustan. Me encantan. En mi otra vida yo era una.

Bill: Sí, a lo mejor y por eso te gustan tanto. Aunque no crea tanto en la reencarnación.

Morgan: Hay Bill, no sea así.

Bill: Mira, la comida ya viene.

Mesero: Que disfruten su estancia.

Bill & Morgan: Gracias.

Ambos comieron hasta el anochecer. Platicando, riendo y llorando el tiempo se les pasó rápido. Una cena que Morgan jamás olvidaría. Mucho menos Bill, que era la primera vez que se daba la oportunidad y la libertad de salir con ella.


Gustav: ¿A qué hora llegarán?

Issy: tranquilo, está con Bill. ¿Qué le puede pasar?

La puerta de la casa de Gustav se abrió bruscamente. Bill y Morgan entraron tomados de la mano y riendo sin cesar. Gustav sintió celos al verlos juntos y felices, se sintió tan desdichado.

Gustav: ¿Dónde estaban?

Bill: Salimos a comer.

Gustav: ¿Enserio?

Morgan: Sí.

Gustav: debiste haberme avisado que te irías con él.

Morgan: Pero te dejamos una nota. Ni siquiera tengo celular para llamarte.

Bill: no veo el caso de que comiences una discusión si el culpable fuiste tú por haberla dejado sola en el parque, sabiendo que ella no conoce nada de éste lugar.

Gustav: Yo le dije que se quedara conmigo, que yo la llevaba. Pero se negó.
Morgan: Porque Issy te necesitaba.

Gustav: o Porque sabías que Bill iría por ti

Bill: Deja tus celos por otra parte. No es justo que discutamos enfrente de tu novia. ¿Qué crees que sienta ella al ver que te pones celoso sólo porque salí con Morgan?

Gustav: No estoy celoso.

Bill: ¿Entonces por qué te pones en ese plan? Pidiendo explicaciones de algo que ni al caso?

Gustav: Bien… ya basta. Issy… te llevo a tu casa.

Issy: No… yo me voy sola…

Gustav: Es noche ya, y traes a tu hermana. Es más peligroso.

Gustav tomó su chaqueta y salió tomando de la mano a Issy, pasando él primero y empujando a Bill y mirando a Morgan de manera decepcionante.

Issy: Disculpa Morgan…- mencionó mientras trotaba por el paso tan rápido al que Gustav la llevaba. Morgan sólo miraba al suelo.


Bill: no te pongas así nena. –Abrazó a Morgan.- Así se pone siempre.

Morgan: Bill, estoy cansada. Me iré a dormir.

Bill: ¿Te acompaño a tu habitación?

Morgan: no es necesario. Lo mejor sería que te fueras antes de que regrese Gustav. Por favor.

Bill: Ok, sólo porque tú me lo pides.

Bill se despidió de Morgan y salió directo a su auto aún sin entender la actitud de su amigo. Mientras Morgan subía las escaleras lentamente con lágrimas confundida sobre lo que acababa de pasar. En tan sólo pensar en el rostro de Issy mientras Bill y Gustav discutían la hacían estremecer. Su cara mostraba dolor y preocupación. Algo ocultaba detras de su mirada y de su corazón, claramente Morgan lo pudo sentir. De algo sufría, era algo más que amor...
Morgan se acostó en su cama con la mirada al techo. respiraba lentamente.
De pronto recordó a Bille n la cena. Sonrió para ella misma...
-"Tengo que darle las gracias a Tom"- mencionó mientras miraba aquél anillo que le habían obsequiado.- "Mañana mismo iré a buscarte"

lunes, 20 de diciembre de 2010

ღCapítulo 7ღ

¿Porqué lloras?- preguntó una voz familiar. Morgan secó rápidamente aquellas lágrimas escurridas y miró hacia arriba. El sol no dejaba ver con claridad el rostro de aquella persona. Una mano se le fue estrechada para ayudarla a levantarla, Morgan accedió.

-Will... No creí que te encontraría aquí.- Mencionó Morgan con un poco de emoción.

-No soy Will, soy Bill. [¬.¬]

-Lo siento Bill. Esque suena casi igual.- respondió Morgan riéndose de ella misma.

Bill: No te preocupes. Así me gusta verte.- Se detuvo al ver a Morgan fijamente a los ojos, ella sólo se intimidaba ante aquella mirada tan atrayente de Bill. Su corazón latía con un poco de rapidez. Bill sólo sonreía sin dejar de mirarla.- Tan linda y sonriente.- Continuó- Siempre tan tú.

La emoción invadió por completo a Morgan. Nunca nadie le había dicho ese tipo de cosas que para ella, eran las palabras más lindas que ella haya escuchado. Ni siquiera el mismo Gustav se había atrevido a decírselo. Sonrió de oreja a oreja que su impulso fue abrazarlo y decirle cerca de su oído "Gracias".

Bill: Tengo una idea... Te llevo a mi casa y vamos a comer algo. ¿Qué te parece?

Morgan: Maravilloso pero... mejor llévame a la casa de gustav. Me gustaría meterme a bañar.

Bill: Muy buena idea... te hace falta porque me llegó un olor medio raro cuando me abrazaste.- rió con fuerza.

Morgan: Pero que malvado eres... -respondió un poco triste.

Bill: Era broma... que poco aguante hee... Por cierto. ¿Y Gustav?

Morgan: Se quedó con su novia. Y yo decidí irme sola.

Bill: Pero ¿Cómo se le ocurre dejarte sola si estás completamente perdida?, cuando lo vea me las pagará.

Morgan: No creo que sea necesario. Más ahorita él necesita estar con ella. Pero mejor ya vámonos. Ya me duelen un poco mis pies.

Bill: Ok... espera...- Bill abrazó por última vez a Morgan y la tomó por la cintura, se inclinó un poco hacia ella y la cargó






Bill se llevó entre brazos a Morgan hasta el auto. Al llegar a la casa de Gustav notaron que estaba completamente sola la casa. Extrañados intentaron abrir la puerta, pero ésta estaba cerrada con llave. Bill no tuvo otra opción que subirse al árbol que había al lado y meterse por la ventaba de la habitación de Gustav...
Bill: No mires abajo... No mires abajo...- mencionaba a cada paso que daba en una gruesa rama que le sirvió cómo puente. De pronto, ésta rama comenzaba a tronar dando la señal de que comenzaba a romperse.- Oh Dios mío... Bill, tendrás que bajar de peso...- tronó de nuevo la rama.- Dios, Dios... Corre Bill, corre.!- a gatas, Bill se apresuró hacia la ventana mientras sentía cómo descendía poco a poco. Hasta que dió un salto quedando con medio cuerpo dentro de la ventana. La rama se había roto. Tomó aire y se metió por completo al cuarto.
-¡Will! ¡¿Estás bien?!- gritó Morgan desde abajo.
Bill: pff.! ¿Ésta mujer no entiende que es Bill?- Mencionaba mientras se acomodaba su cabello alborotado y empujando la ropa que había tirada en el suelo.- Pero que... PORQUERÍO.- se acercó a la ventana pero su pie se le atoró con una prenda. Morgan sólo pudo ver desde abajo cómo las manos de Bill luchaban entre las persianas, lo que le provocaba risa. Por fín Bill se pudo asomar.- ¡Todo bien! ¡Ahora bajo!
Cerró la ventana e intentó caminar, pero aquella prenda aún la tenía atorada en su bota puntiaguda. Bill alzó el pie y al ver la prenda se puso tan pálido cómo un papel.
Bill: Oh no... ¿Porqué a mí?... Gustav, ¿Porqué dejas tus calzonsillos aquí? Que asco.
Con disgusto Bill arrojó la prenda y salió con cuidado del cuarto por el desastre que se encontraba ahí. Salió por el pasillo sigilosamente. Hasta que un delicioso aroma lo atrajo por completo a una habitación. Abrió la puerta lentamente, la luz del sol se reflejaba en cada rincon del cuarto. Era tan blanco y limpio. Se acercó al tocador contemplando todo lo que había sobre él. Pero algo le llamó más la atención. Era una especie de piedra preciosa, no era oro ni plata, mucho menos era Jade. Más bien, era una esfalerita preciosa.




La tomó y la observo con detenimiento. Era tanta su belleza que de pronto una voz comenzaba a oírse...

"Morgan... Cuídala. Corre peligro aquí."

Bill puso aquella piedra en su lugar y, espantado, salió del cuarto y bajóa las escaleras. Trató de abrir la puerta pero los nervios lo consumían. Intentó varias veces hasta que la puerta se abrió.

Morgan: Creí que me dejarías afuera.

Bill: Para nada... Pasa.

Morgan: Gracias.

Morgan entró y Bill se ponía angustiado al ver a Morgan y recordar aquella voz.

Morgan: Iré a bañarme. No tardo.

Bill: Claro, procura no tardarte. Mientras yo iré a mi casa a arrgelarme un poco.

Morgan: ¿A donde irémos?

Bill: Sorpresa... no tardo. Mi casa no queda lejos. Si terminas no salgas.- se dirigía a la puerta.- y si tocan no abras... No hables con extraños y...

Morgan: Ya lo sé. No entiendo tanta preocupación.

Bill: Ni yo... nos vemos en una hora.

Bill, sin más palabras, salió de la casa montandose en su auto. El camino se le hiso un poco largo, sólo pensaba en aquellas palabras. No sabía de donde habían provenido. Lo confundía más ya que és estaba solo...

******* 1 Hora después *******

Bill: Woow... pero que hermosura de mujer...- Mencionó sin dejar de contemplar a Morgan.-

CHICAS... SÓLO QUERÍA COMENTARLES QUE, COMO YA SON VACASIONES, PUBLICARÉ MÁS SEGUIDO. OBVIAMENTE LOS CAPIS SERÁN UN POCO CORTOS CÓMO ÉSTE PERO... NO SÉ, ME GUSTA DEJARLAS EMOCIONADAS. Y MÁS QUE NADA PORQUE NO QUIERO QUE ÉSTA HISTORIA VAYA MUY DEPRISA. TAMBIEN, ME HE DADO CUENTA DE QUE EN EL TIEMPO QUE ESTUVE AUSENTE, PERDÍ ALGUNAS LECTORAS, SINCERAMENTE, NO QUERÍA QUE ÉSTO PASARA PERO... MI COMPU ESTABA VIRULIENTA Y NO PRENDÍA. PERO AHORITA YA ESTÁ MEJORSITA. PORFA CHICAS, COMENTEN PARA QUE YO SEPA DE QUE EN REALIDAD LES ESTÁ GUSTANDO. YA SI VEO QUE SI COMENTA MUCHO MUCHO MUCHO, POSIBLEMENTE SUBA DIARIO. AHORITA ME IRÉ UN POCO DESPACIO. CADA SEGUNDO O TERCER DÍA PUBLICARÉ AQUÍ. ESPERO Y LES HAYA GUSTADO EL CAPITULO Y MÁS QUE NADA, EL NUEVO DISEÑO DEL BLOG. SE LES QUIERE MUCHO. BESOS Ü

domingo, 5 de diciembre de 2010

ღ Capitulo 6 ღ

Aquella chica de ojos hermosos seguía caminando sobre las grandes flores que adornaban el jardín. Pensando en lo drástico que había cambiado su vida. Miró hacia atrás por hinercia... Gustav la miraba marcharse mientras que Issy buscaba a su pequeña hermana. El viento comenzaba a soplar. Una señal de adiós por parte de Morgan hizo que aquél día tan maravilloso terminara. Lentamente caminaba sin volver a mirar hacia atrás.

Gustav: Espera!- gritó tan sólo estando a unos pocos centímetros de ella.- Te dije que nunca te dejaría.

Issy, al escuchar lo que Gustav había mencionado, se estremeció.

Morgan: No es necesario.- Argumentó sin quitarle la mirada a Issy.- ella necesita de tu compañía en éste momento.


Sin más ni menos, se dió media vuelta y se alejó de ellos. Con la mirada baja y el corazón palpitando muy rápido caminaba sin rumbo alguno. ¿Ahora cómo salgo de aquí? se preguntaba a penas duras al preocuparse, no conocía nada de aquel lugar, o mejor dicho, de aquél mundo tan extraño en donde ella se encontraba perdida.

*****
Issy: Ve por ella. -argumentó- se veía preocupada.
Gustav: Ella es libre de hacer lo que quiera. Es mejor que experimente por sí sola.
Issy: ¿Por qué eres tan duro?
Gustav: Fue su desición irse, yo estaba dispuesto a llevarla pero se negó.
Issy abrazó a Gustav, mientras que él buscaba la mirada a aquella niña bonita que sus ojos-al mirarla- brillaban cómo una inmensa estrella perdida.
Issy: Oye Gustav...
Gustav: ¿Qué pasó Issy?
Issy: Tú qué harías si... si... yo... me fuera lejos...
Gustav: -(confundido)- ¿Cómo que lejos?
Issy: Sí, lejos de tí, de tu vida... lejos de todo y de éste mundo tan maravilloso.
Gustav:No lo sé... no me gustaría ni pensarlo... ¿Porqué?, Hay algo que me estés ocultando?
Issy:-(pensando)- No, nada... era sólo una pregunta.
Gustav: Si lo dices por Morgan yo...
Issy:-(colocó sus dedos en la boca de gustav.)- No es por ella, fue sólo una simple pregunta.
Acto seguido, Issy besó a Gustav y se sentaron en un banco que quedaba cerca de donde estaban, tomados de la mano, a Gustav le intrigaba el saber que había ocurrido con Morgan, si estaba bien, si pudo encontrar la salida, si en realidad sabía lo que hacía. Mientras tanto, Issy se mantenía preocupada por poder contarle la verdad a Gustav, aquel chico que la mantuvo enamorada y en secreto durante dos años y medio, un chico muy especial para ella. Simplemente... su primer amor. Solamente se tomaban de la mano y con la mirada se decían lo mucho que se querían, aunque sabían perfectamente que tarde o temprano algo los separaría por completo. Tan siquiera alguien sabía perfectamente lo que sucedía, que sabía la verdad con tan sólo sentir tu corazón, con tan sólo mirarte... Alguien que en éste momento se encontraba perdida en un lugar extraño para ella, una chica que no conoce el calor del verdadero amor. Una chica que no sería capaz de entrometerse en algo que fue sembrado hace mucho tiempo... Tan única y hermosa cómo una flor de liz...
*****
"¿Pero en qué estaba pensando? No conozco ni la cuarta parte de éste lugar... Pobre de gustav, lo ignoré por completo... Estoy más perdida que nunca."
Pensaba Morgan preocupada al mismo tiempo que se sentaba en el pasto y cubriendo su delicado rostro con sus manos. Poco a poco lágrimas iban fluyendo y cayendo en sus piernas.