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viernes, 8 de julio de 2011

ღ Capítulo 11 ღ

Bill se encontraba ya parado frente a la puerta de la casa de Gustav. Pensaba y pensaba el cómo decirle a Morgan que…

Sra. Mary: Bill. Hijo. ¿Qué haces por acá?-Interrumpió la abuela al abrir la puerta e interrumpir sus pensamientos. Bill solo se puso más nervioso de lo que ya estaba.
Bill: Hola. Yo… Venía a ver a Gustav.
Sra. Mary: Lo siento hijo, él no está. Pero si está Morgan. ¿Podrías cuidarla en lo que yo voy al mandado?
Bill: -[emocionado]-claro, no hay problema.

Bill entró a la casa y se despidió de la señora Mary quien ya había tomado sus bolsas lista para salir. Comenzó a buscar a Morgan por casi toda la casa hasta que al fin la encontró en el patio trasero jugando con un caracol.

Bill: Que asco. ¿No te da cosa jugar con eso?
Morgan: -[sonrió]- Me espantaste.
Bill: No fue mi intensión.-[se sentó frente a ella y comenzó a arrancar el pasto]- Eres hermosa.

Morgan se desconcertó al escuchar aquello que Bill había mencionado en voz baja. Se sonrojó y solo agachó la cabeza, dejó el caracol al lado y suspiró. Podía sentir en su estómago una rara sensación.

Morgan: Gustav hará una fiesta aquí en la casa, aprovechará que la abuela se irá de viaje a Francia. Podrías estar aquí conmigo.

Bill sonrió y acarició la mejilla de Morgan, acto seguido sacó una rosa lila de su chaqueta.

Bill: Toma, es tuya.
Morgan:-[con las mejillas rosadas y las orejas calientes sonrió con tal timidez que a Bill le gustaba.]- Gracias.
Gustav: Bill. ¿Qué haces aquí?- mencionó mientras salía al patio.
Bill: Venía a buscarte pero no estabas… pero… ya llegaste.-[respondió nervioso]
Gustav: y ¿Venías a buscarme con una rosa?- su mirada se encontraba en Morgan quien, inocente, mantenía aquella rosa bajo sus labios, como si tuviese la sensación de devorarla, pero solo disfrutaba su suavidad y su aroma.
Bill: La traje para Morgan, y si vine a buscarte es para… para… decirte que hagamos una fiesta. ¿Te parece?
Gustav: Haré una, esta noche. Aprovecharé que la abuela se va y tendré la casa para mí solo. ¿Me ayudaras con los preparativos?
Bill: Mejor te traigo a Tom, él es experto en esto.

Bill tomó su celular y llamó a Tom mientras que Morgan se levantó y se dirigió al interior de la casa con la rosa bajo su boca, Gustav la miraba con tal cariño que se notaba. Aunque Bill no se dio cuenta. Colgó el teléfono y se metió a la casa.

Gustav: ¿Qué te dijo?- preguntó mientras iba detrás de él
Bill: que fuéramos recorriendo los sillones y vallamos quitando todo lo que pueda romperse.-[miró por completo la casa y se dio cuenta de que tenían muchas cosas de cristal y otras que parecían muy costosas]-O en éste caso… tendremos que vaciar la casa. Dejar solo los sillones, las mesas y… las habitaciones… -[le guiñó el ojo a Gustav]-
Gustav:-[impresionado]- Creí que Tom venía en camino. Bien, comencemos.
Morgan: ¿Les puedo ayudar?
Gustav&Bill: Claro.

Los tres comenzaron a guardar las cosas, poco tiempo después llegó Tom y salió con Morgan para comprar las cosas necesarias para la fiesta. Mientras que Billy Gustav seguían guardando las cosas, la señora Mary llegó.

Sra. Mary: ¿Qué están haciendo hijos?
Gustav: Abuela… yo… ahhh…. Haré una fiesta.
Sra. Mary: Bien…que se diviertan.-[sonrió]- iré a terminar de empacar.-[se fue]-
Gustav: Creí que se molestaría.
Bill: Si… y yo ya había agarrado mis cosas.
Gustav: Sigamos.

……………………En la fiesta………………………………
Andreas: No manches Gustav, esta fiesta está buenísima.
Gustav: Gracias amigo, aunque deberías de agradecerle también a Tom, él ayudó más en todo.
Andreas: Bueno en que Tom… pss es Tom. – [Se rió]- Oye, la chica que está bajando las escaleras... ¿La conoces?
Gustav: -[volteó a las escaleras y vio que Morgan traía puesto un vestido corto color turquesa, demasiado hermoso que de igual manera, combinaba con su belleza y la de sus ojos con el cabello alaciado y un maquillaje natural. Gustav Tomó saliva, aunque no sabía que responder. Había quedado impactado ante su belleza]-Sí es Morgan. Una amiga.
Andreas: Muy bien… ¿Me la presentas?
Gustav: Pues vamos.





Bill: -[con la quijada casi en los suelos al ver a Morgan bajar las escaleras y en su cuerpo un gran cosquilleo que lo primero que hiso fue correr hacia ella.]- Te ves… hermosa.
Morgan: -[sonrojada]- Gracias.-[sus manos se posaron en las mejillas de Bill, algo que a él le emocionó mucho.]-
Bill: ¿Qué te parece lafiesta?
Morgan: Bien, me agrada esto.
Bill: ¿Quieres bailar?
Morgan: Pero no sé como…
Bill: Solo déjate llevar por la música, así como las mariposas se dejan llevar por el viento.
Morgan: Está bien, vamos.
Bill: Corre antes de que nos alcance Andreas y Gustav.





Ambos se fueron al centro de la sala para bailar aquella música tan pegajosa que a Morgan le gustaba, sonidos electrónicos y sensuales que hacían vibrar el cuerpo. Las manos de Bill se encontraban en la cadera de Morgan mientras que ella trataba de encontrarle sentido a todo lo que pasaba. Sentía que le gustaba la manera en que Bill la movía. Sonreía y lo veía, su mirada era tan dulce que para Morgan no había mirada tan más linda que la de Bill.





Bill: Oye, tus ojos cambiaron de color.- [sonriente y sorprendido]- Son color Turquesa, como tu vestido.
Morgan: Es que… estoy muy feliz.
Bill: ¿Enserio? Y ¿se puede saber el porqué?
Morgan: No losé, podría ser porque me siento feliz contigo.
Ambos sonrieron y continuaron bailando, Bill sentía un gran cariño hacia ella que en esa noche, se sentía tan seguro, así que decidió decirle todo a Morgan.
Bill: ¿Te puedo confesar algo?-[nervioso]-
Morgan: Claro. Espero y sea bueno.
Bill: demasiado bueno para mí, no sé como lo vallas a tomar tú.
Morgan: Dímelo por favor.
Bill: Bien… yo…-[nervioso]- es que… -[suspiró]- Me gustas mucho. Y… Quiero que seas mi novia.





Morgan se quedó perpleja que dejó de bailar, no sabía qué era lo que sentía, si era emoción o tristeza, de alguna manera el estar con Bill la hacía sentir segura de sí misma. Pero muy dentro de ella sabía que era una gran oportunidad para descubrir al fin lo que era estar con alguien más y descubrir lo que se siente el amar y ser amado. Sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad y sus brazos ya se encontraban alrededor del cuello de Bill. Sin escusa alguna, le respondió que sí a Bill.
Bill se alejó de ella y tomó su rostro con delicadeza, Morgan sentía cómo su corazón se aceleraba al ver que Bill se acercaba mucho. Acto seguido sus labios ya se encontraban juntos, sintiendo la dulzura de su miel, y principalmente, la dulzura de su corazón con tan solo un beso. Fue más que suficiente para hacer que Morgan descubriera algo nuevo, aun que no estuviese segura de si en realidad eso era amor, o habría de esperar más tiempo más.
Gustav solo veía aquella escena en donde su amigo besaba a Morgan, se sintió tan triste pero a la vez furioso. Se dio media vuelta dejando a Andreas solo. Corrió a la cocina en busca de más alcohol, y comenzó a tomar. Él se sorprendía, pero solo su corazón sabía que eran celos en realidad, que Gustav la quería demasiado como para verla junto a su mejor amigo. Y es que, aunque ya lo veía venir, no pudo hacer nada ya, tan solo soportar ver como Bill era feliz con ella y quedarse con las ganas de probar esos labios que alguna vez, soñó que eran solo suyos.




……………….AL DÍA SIGUIENTE……………..





La casa había terminado hecha un desastre, un vidrio roto, los sillones sucios de alcohol, botellas y latas por doquier. Los amigos de Gustav habían terminado en los suelos con sueño profundos. Y el primero en levantarse fue Bill.





Bill: Princesa-[susurrando]- despierta princesa. Y es muy tarde.
Morgan se despertó con un gran dolor de cabeza, se levantaba y caía de nuevo a la cama. Solamente se reía de su torpeza.
Morgan: Me duele muy feo la cabeza. Jamás volveré a tomar contigo. JAMÁS.
Bill: Yo no te obligué. Al contrario, te gustó tanto que me pedías más.
Morgan: No lo vuelvo a hacer. ¿Y Gustav?
Bill: No lo sé, ya no lo vi en toda la noche. ¿Quieres que lo vaya a buscar?
Morgan: Yo te acompaño.
Bill: Con cuidado princesa, no te vayas a caer.
Morgan: Agárrame muy fuerte, mis piernas se sienten muy débiles.
Bill: No te preocupes princesa, jamás te dejaré caer.
Morgan sonrió tímidamente y rápidamente le dio un beso en los labios, después se levantaron y fueron a buscar a Gustav cuarto por cuarto.
Bill: No puede ser, la casa terminó hecha un asco.
Morgan: SI… tendremos que irnos antes para no limpiar nada. –[sonrió]-
Bill: Muy buena idea, pero primero veamos si sobrevivieron todos.





-“BILL”- se escuchó un grito abajo en la sala, ambos bajaron muy deprisa, vieron a Tom muriéndose de la risa y a Georg y Andreas haciéndole cosquillas a Gustav.
Bill: ¿Qué pasó?
Morgan: Dejen al pobre Gustav, sigue dormido.
Tom: Se puso una borrachera hermano, bien buena. – [Se rió muy fuerte]- y hubieras visto las estupideces que hacía.
Gustav: -[despertándose]- déjenme en paz.
Morgan: -[corrió hacia él]- ¿Estás bien Gusi?
Gustav: -[con tristeza al verla y recordar lo de anoche respondió]- si linda, me duele la cabeza.
Georg: Y como no, si te pusiste bien mal hermano.
Gustav: Claro que no, no estaba muy borracho.
Andreas: ¿A no? Si agarraste 7 naranjas y dijiste “¡Tengo las 7 esferas del dragón, llamemos a Shen Long!”-
Tom: Sí, eso fue lo más estúpido que pudiste haber dicho.
-[Todos se rieron]-
Morgan: Déjenlo ya, pobrecito. Eran los efectos del alcohol.
Tom: Bonita, si tú no te quedas atrás he.
Morgan: -[sorprendida]- ¿Por qué?
Georg: Te subiste a la mesa y comenzaste a bailar sexy. Bill casi se desmaya.
Morgan: ¿Es cierto Bill?
Bill: -[nervioso]- No recuerdo princesa, yo también estaba muy ebrio.
Tom: -[riéndose]- sí, cómo no.
Andreas: Pero lo mejor de la fiesta, aparte del Mr. Dragon ball, fue que POR FIN veo a Bill con novia.
Georg: Y si he, Morgan ¿Cómo pudiste decirle que sí a éste pedazo de carne?
Morgan: No sé, creo que fue el efecto del alcohol.
Todos: -[en burla]- eso dolió.
Bill: -[haciendo pucheros]- Pero ni habías empezado a tomar.
Morgan: -[riéndose]- Es broma, le dije que sí porque, quería darme una oportunidad con él.
Todos: -[suspirando]- que tierno.
Tom: Que cursi… Gustav te ayudamos a levantar. Yo ya me quiero ir a mi casa a darme una gran ducha, ésta noche fue de mucho “ejercicio”
Andreas: el mundo ya sabe de tus necesidades, no es necesario que lo recuerdes.
Tom: Mira, te da envidia.
Andreas: ¿No que ibas a levantar?
Tom: Bueno, felicidades Hermano y Morgan. Pero creo que es suficiente de charlas. Despertemos a la gente que sigue dormida, limpiamos y nos vamos.
Gustav: Buena idea, comiencen… yo necesito ir al baño.
Andreas: Si encuentras a Shen Long nos avisas.
Gustav: ¡Púdrete!
Tom: bien, yo empiezo con las barbies que están en la parte de arriba.
Georg: No te tardes.
Tom: Trataré.
Andreas: Bien, yo iré a la cocina a ver que hay para tomar, regreso en un momento.
Georg: Iré contigo.





Morgan: Bill. Necesito hacerte una pregunta.
Bill: -[sentándose al lado de ella.]- si princesa, dime.
Morgan: ¿Qué es el amor?
Bill: Bueno, el amor es algo que va más allá del cariño, cuando no puedes estar mucho tiempo sin la persona que quieres, que no dejas de pensaren ella en todo lo que haces y que haces todo por esa persona. Amor es cuando entregas todo de tía cambio de nada, porque sabes que la otra persona hace lo mismo por ti. En pocas palabras, el amor es un lazo muy fuerte que une a dos personas toda la vida.
Morgan: Qué lindo. Y… ¿Cómo se demuestran su amor las parejas?
Bill: Cuando dos personas se aman demasiado acuden al matrimonio para estar así juntos toda la vida, y qué mejor manera de demostrar su amor que teniendo hijos.
Morgan: Entonces…eso es el amor.
Bill: Exactamente.
Morgan: Y… ¿Tú me amas?
Bill: -[…………………………………………]-

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WAAAAAAAAAAA.... QUE EMOCION. BUENO, PRIMERO QUE NADA, DISCULPENME MUCHISIMO POR NO HABER PUBLICADO, PERO PZZ YA SABEN, SE VINIERON LOS EXÁMENES Y LA SALIDA DE MIS AMIGOS DE TERCER AÑO DE PREPA, LLORÉ COMO NO TIENEN IDEA. PERO BUENO. AQUI ESTA ELCAPI QUE TANTO ESPERABAN. LO HICE MÁS LARGO QUE DE COSTUMBRE, Y ES QUE SE LO MERECEN POR LA ESPERA TAN LARGA QUE HICIERON. Y ADIVINEN QUE.!!! MI FIC GANÓ PARA SER PUBLICADO EN UN "EBOOK" CUANDO ESTÉ LISTO LES PASO LA PÁGINA PARA QUE LO DESCARGUEN GRATIS. BUENO CHICAS, ESPERO Y LES HAYA GUSTADO MUCHO EL CAPI. COMENTEN MUCHO MUCHO PORFISS... SUS COMENTARIOS ME INSPIRAN A ESCRIBIR MÁS. BESOS.

domingo, 1 de mayo de 2011

ღ Capítulo 10 ღ

Gustav: ¿Te divertiste Morgan?- preguntó al verla entrar a la casa con un osito de peluche.
Morgan: Sí. Supongo que has de estar molesto.
Gustav: Para nada. Al contrario. Me alegra que por fin hayas salido con alguien más que no fuera yo.
Morgan: -ruborizada- Lo siento.
Gustav: No hay nada de qué disculparse. Tan sólo quiero hacerte una pregunta.
Morgan: Claro. –Se sentó en el sofá junto con Gustav- ¿Qué pasó?
Gustav: ¿Qué significa todo el desastre de tu habitación?

Morgan no sabía nada que decir. Sentía confianza a Gustav pero no la suficiente para contarle todo con detalle. Tenía que buscar alguna excusa.

Morgan: Es que… yo… soy sonámbula.
Gustav: ¿Enserio?
Morgan: Sí. Es lo único que no me gusta de mí. Hago muchas cosas indebidas.
Gustav: Ok. Te creeré. –Respondió- ¿Quieres comer? Mi abuela hiso lasaña.
Morgan: ¿Enserio?... y eso que es.
Gustav: Ya lo verás. Comamos y después te ayudo a arreglar tu cuarto.

Ambos se fueron a la sala a comer. Morgan se sentía un poco más alivianada pero aún así no podía olvidar todo lo que había dicho Arabelle. “Morir ella” era algo a que le temía.

Mientras tanto en la casa de los Kaulitz:

Tom: Ya hermano. Tampoco no es para tanto.
Bill: Es que… no sé.
Georg: Ya admítelo Bill.
Tom: Sí. No seas cobarde.
Bill: Que no lo sé.
Georg: A Bill le gusta Morgan… A Bill le gusta Morgan…- decía mientras le pegaba a Bill con un cojín.
Simone: ¿Eso significa que tendré una ahijada?- iba entrando a la casa junto con Gordon con bolsas de mandado.
Bill: No mami. Estos dos que siempre me molestan.- le regresó el cojinaso a Georg.
Tom&Georg: Señor mentirotas.
Simone: Y para empezar…- mencionó mientras dejaba las bolsas en la mesa.- ¿Quién es Morgan?
Georg: Una chica perdida que encontró la abuela de Gustav.
Simone: ¿Perdida?
Tom: Sí, según la encontraron en un parque sola y casi desnuda. Qué suerte la de la abuela.
Bill: -pegándole en el hombro a Tom- Tranquilo.
Tom: ¿Ves? Estás celoso. En realidad te gusta.
Georg: Sí Bill. Tom solo lo dijo de broma… o ¿no?
Tom: Sí fue de broma. Pero Bill se hecho de cabeza solito.
Bill: Creo que me voy a mi cuarto.
Simone: ¿No comerás?
Bill: No tengo hambre.- subió las escaleras encerrándose por completo en su habitación.
Georg: Yo también ya me voy. Tengo sueño.
Tom: Creo que quieres más a tu cama que a tu novia.
Georg: Lo bueno es que cuando me case con mi novia tendré una cama más grande.
Tom: -riéndose- Suerte.
Georg: Adiós Simone, Adiós Gordon.- tomó su chaqueta y se fue.
Simone: y ¿Tú conoces a esa chica Morgan?
Tom: Sí, es una chica muy guapa. Inteligente, tiene unos ojos que no mamá. Hasta tú quisieras tenerlos. Su piel es tan suave y no sé cómo le hace para oler siempre como a miel. Su cabello es tan sedoso y…
Simone: Ok. Ya entendí.
Tom: Es que, enserio mamá, es tan hermosa.
Gordon: Pero si le gusta a Bill no deberías meterte mucho con ella.
Tom: Para nada… hoy salí con ella y… ¿Te digo algo? Es como mi hermana.
Simone: Que bien hijo. Bueno. Vallamos a comer.

Los tres se sentaron a comer mientras Bill estaba postrado en su cama, veía el techo como si viese el cielo estrellado. Poco rato después se sentó en su cama entrelazando sus dedos. Sus codos los tenía recargados en sus piernas y su cabello colgaba frente a sus ojos.

Bill: ¿Por qué ella?- se preguntó a si mismo mientras recordaba a Morgan la primera vez que la vio. Tan tímida y aquella mirada que lo hiso ver más allá de su mente.- a veces siento que es tan extraña.- se rió al recordar aquella canción que él compuso… comenzó a cantar al mismo tiempo que se acostaba y el sol se ocultaba. Poco a poco iba quedándose dormido pero sin quitar de su mente el delicado rostro de Morgan.

*En casa de Gustav*

Gustav: Por fin. Terminamos con tu cuarto. Lástima que tus perfumes no se salvaron.
Morgan: No te preocupes. Eso es lo de menos.
Gustav: Bueno. Me voy a acostar. Que descanses.
Morgan: Pero a penas son las 7.
Gustav: ¿Quieres hacer alguna cosa?
Morgan: Claro.- sonrió-
Gustav: ¿Cómo qué?
Morgan: No lo sé. Algo que a ti te guste hacer.

Gustav sonrió de oreja a oreja y la tomó de la mano. Fueron a su habitación y Gustav le mostró su batería. Le enseñó a tocar. Morgan se equivocaba mucho y lo único que hacía era golpear sin ritmo alguno. En algunos momentos cuando ella golpeaba la batería la baqueta salía volando. Gustav solo se reía de todo aquellos que le hacía gracia, incluyendo el golpe que se dio Morgan con un platillo. El ruido era bastante fuerte que la abuela de Gustav abrió lentamente la puerta de su habitación y al verlos tan felices sonrió ella misma. Cerró la puerta y se fue a su habitación con una gran sonrisa.

Gustav: bueno, ya llevamos aquí dos horas. Ahora sí, a dormir se ha dicho.
Morgan: Oye… ¿Me puedo quedar a dormir contigo? Solo hoy.
Gustav: ¿Por qué? ¿Te da miedo?
Morgan: Bueno, si quieres ya me voy
Gustav: No… si quieres quedarte puedes. Sólo ve a cambiarte y luego regresas. Así aprovecho en ponerme mi pijama también.

Morgan asintió y se dirigió a su cuarto a cambiarse. Entró con tal temor a su habitación que se cambió muy rápido. Bajó a la cocina a tomar un poco de agua y comenzó a ver la cocina con detenimiento. Aquellos detalles eran nuevos para ella. Muy brillantes y con figuras de flores. La ventana estaba abierta por lo que suaves brisas entraban a la casa. Morgan recordó rápidamente cuando estaba en la Isla. Las flores, el viento, la tranquilidad… su padre. Tal vez Arabelle tenía razón, ella sabía lo del pacto y no le importó. Ahora solo tenía que esperar hasta que llegara su día final. De todas maneras, las mariposas no duran mucho tiempo vivas. De eso estaba muy segura. Cerró la ventana y subió al cuarto de Gustav, al entrar lo pudo ver acostado en su cama viendo la televisión. Él, al verla, se hiso a un lado para hacerle un espacio a Morgan. Ambos se quedaron viendo la tele por un buen rato, poco después Gustav se quedó dormido mientras que Morgan no podía. Cada vez sentía más miedo de lo debido. Era una chica muy sensible y muy fácil de lastimar. No podía dejar las cosas así. De una u otra manera ella tenía que regresar a la Isla para poder ponerle fin a aquél problema. ¿Alguna solución? Sacrificio. Era lo que se pedía al culpable de algún problema en la isla. Pero lo que más le dolía era su padre. ¿Falta de poder? Y ¿La conexión entre él y el padre de Arabelle? Ahora entiendía el porqué las águilas no los atacaban. Morgan cerró los ojos tratando de buscar el sueño… pero éste llegó dos horas más tarde.

Al día siguiente con Bill Kaulitz:

Bill: Mamá-gritó- voy a salir.
Simone: ¿A dónde irás?
Bill: A buscar a Morgan.
Simone: ¿Enserio?- se acercó a él- ¿Y qué piensas decirle?- preguntó emocionada.
Bill: Le diré que…

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CHANANANAAANNNN... HAHAHAHAHA... ¿QUE PASARÁ? ¿QUE LE QUERRÁ DECIR BILL A MORGAN? QUIEN SABE... HEHEHEHE... SI COMENTAN MUCHO SUBIRÉ EL SIGUIENTE CAPI MUY PRONTO. TODO DEPENDE DE SUS COMENTARIOS =D

CHICAS HE REGRESADO.!!!

Según yo ya no quería saber nada de fics... pero es que ésta historia me ha ayudado demasiado.
Me ha ayudado a desahogarme y a usar más mi imaginación. Lesp ido una disculpa por haberme ido así por que sí.
Pero ésta vez vengo a darle con más.

Debo admitir que ésta es una de mis mejores historias que he escrito y estoy decidida a terminarla sin importar todo lo que pase. Leí un comentario que decía una chica que al leer mi historia le transmitía paz.
¿Y saben que?
A mí me pasa lo mismo al escribirla. Me emociono y siento una paz profunda.

Mi otra historia "El eco de un anhelo" No la terminaré. Ya heché a perder la historia diciendoles el final el día que decidí dejarla. Pero con ésta fic... nada lo hecharé a perder.

Las quiero muchísimo chicas....

Besos.!

jueves, 20 de enero de 2011

ღ Capítulo 9 ღ

La noche había sesado y el sol se asomaba. Su luz iluminaba hasta el rincón más oscuro de cualquier lugar. Los pájaros cantaban desde la rama más alta y las mariposas borboloteaban de un lado a otro. Dentro de la casa se oían zancadas subiendo las escaleras. La puerta se abrió y el desayuno cayó al suelo.
El cuarto estaba completamente desordenado y el vidrio de la ventana estaba roto. La ropa se encontraba fuera del closet, el tocador estaba escurriendo en perfume. Lo que más lo desconcertó fue que, Morgan no estaba.

Gustav salió furioso de la habitación sin importarle que el desayuno lo haya dejado tirado. Bajó rápidamente las escaleras esquivando las preguntas de su abuela. Solamente pudo obtener de respuesta un portazo que Gustav dio. Subió a su auto y se fue sin rumbo alguno tratando de encontrar a aquella chica que, aunque fuese difícil creerlo de él, le hacía sentir sensaciones que jamás había sentido. Buscaba desesperado con la mirada por todos lados. Incluso llegaba a confundirse con chicas que tenían rasgos similares al de ella.

“Maldición”- se repetía una y otra vez cada que no encontraba una señal de ella. Miraba su celular y lo único que lo desconcertaba era la hora. Solamente un nombre se le pudo venir a la mente mientras pensaba tanto en Morgan… “Bill”
Dio la vuelta muy rápido que las llantas del auto rechinaron fuertemente llamando la atención de la gente que pasaba cerca de la carretera de Hamburgo. Tanto era el coraje que sentía que el camino se le hiso demasiado corto que, para él, pasaron 5 minutos de camino.
Solamente le bastó con estar frente a la puerta de los Kaulitz para comenzar a gritar y golpear fuertemente la puerta. Bill salió espantado y furioso a la vez.

Bill: ¿Qué demonios te pasa?- cuestionó enfadado. Gustav evadió su pregunta y empujó a Bill entrando a la casa.- Oye, eres mi amigo y jamás te prohibiría poner un paso en mi casa. Pero no me orilles a hacerlo.- dijo señalando a Gustav.

Gustav: ¿Dónde está?-gritó.
Bill: ¿Quién?
Gustav: ¡Morgan!
Bill: Ella no está aquí.
Gustav: ¿Entonces… donde?
Bill: Tú debes de saberlo. Cómo la tienes muy bien protegida.

Gustav se enfadó pero a la vez se sintió culpable, dándole la razón a su amigo. No pudo haber sido posible que después de todo él no se haya dado cuenta de a qué hora salió Morgan de la casa. Pero lo que más le inquietaba era lo desordenado que estaba su habitación. Eso no pudo haberlo hecho ella, era muy limpia y ordenada.

Bill: ¡Oye!-gritó desde la puerta.- Si te hace más tranquilo…-bufó- está con Tom en el Cyber de la siguiente cuadra.

Gustav sólo levantó la mano izquierda como si le estuviera agradeciendo mientras con la otra abría la puerta de su auto. Se subió aún más confuso. “¿Qué harían en un Cyber?”
Arrancó su auto y se dirigió a donde Bill le dijo. Tenía muy poco que preguntar pero tanto porqué pedir disculpas.
Se estacionó en la banqueta que estaba frente al Cyber, pudo notar lo contenta que estaba Morgan con Tom. Moría de curiosidad por saber que era lo que él le mostraba, pero no quería arruinar más la felicidad de ella. No quería sentirse más culpable de su infelicidad. El único hogar que ella tenía no quería derrumbarlo. Negó con la cabeza y dejó de mirarla, puso la vista de frente y las manos en el volante. Rápidamente se fue de allí.

*****


Morgan: -riéndose- ¿Enserio eres tú?
Tom: Sí. Antes tenía rastas.
Morgan: ¿A esos nudos se les llaman rastas?
Tom: Si. ¿Quieres hacerte unos?
Morgan: No gracias. Estoy bien con mi cabello.
Tom: Y exactamente… ¿Para qué querías verme? –Preguntó sin quitar la mirada del monitor.- Creí que me odiabas por lo que te había hecho.
Morgan: Eso ya lo olvidé. Deberías saber que tengo la costumbre de desechar todo lo malo y quedarme con todo lo bueno.
Tom: ¿Y qué hay de bueno en mí?
Morgan: Esto. –levantó su mano derecha mostrándole el hermoso anillo que Bill le dio la noche anterior. Tom lo miró y sonrió tímidamente. Tomó su mano y la besó.
Tom: Es hermoso cómo tú.- mencionó después de verla intensamente a los ojos. Comenzaba a gustarle aquellos ojos azules con destellos dorados. Simplemente le gustaba su mirada. Le gustaba sentir su piel tan suave y con ese aroma tan agradable que hechizaba.- Gracias.
Morgan: ¿Por qué?- preguntó confusa.
Tom: Por perdonarme. Por darme la oportunidad de conocerte. Por haber sacado de mi boca una sonrisa de verdad, tan sincera.
Morgan: ¿A qué te refieres?
Tom: Vallamos por un helado y te platico.

Ambos se levantaron y Tom pagó el tiempo que estuvieron allí. Tom la tomó de la mano y salieron del lugar. Caminaron durante quince minutos en silencio hasta que llegaron a una heladería. Pidieron su helado y salieron a caminar por otros rumbos.

Morgan: Ahora sí.- dijo Morgan sentándose en la banqueta.- soy toda oídos.

Tom se extrañó que Morgan se haya sentado ahí, más que nada por la experiencia que tenía con las chicas. A ellas no les gustaba ensuciar su ropa. Pero ella era totalmente diferente. Le valía completamente todo. No le interesaba ensuciarse. Él le siguió la corriente y se sentó al lado de ella.

Tom: Pues… tú deberías saber que nosotros somos… famosos. Y la vida de un famoso suele ser un tanto difícil. Más que nada, lo malo es que la gente se acerca por interés a uno. Y debo ser sincero contigo. Eso fue lo que creí de ti cuando recién te conocí. Y si quise besarte fue porque quería demostrarles a los chicos que eras una… chica… interesada por así decirlo. Pero me demostraste todo lo contrario. Y créeme que, ahorita que me diste la oportunidad, me has hecho sentirme completo. No podía sentirme bien por el remordimiento. No sé pero… con tan sólo mirarte me bastó para sentir… ammm… ¿Cariño? –Se rió ante la idea de querer a una chica.- eres como la hermana que nunca tuve.

Morgan no pudo ni saborear su helado ante todo lo que se le había declarado. Era incómodo pero a la vez sentía una sensación distinta que para ella era… sensacional. En su estómago podía sentir un leve cosquilleo con cada palabra que mencionaba Tom. Pero al momento de que él mencionó lo último le hacía estremecer bastante que no pudo evitar soltar una leve lágrima.

Tom: No llores bonita. Sonríe. Por mí. ¿Sí?

Ella asintió con la cabeza y sonrió de nuevo. Mientras Tom daba grandes saboreadas a su helado.

Morgan: pero prométeme una cosa.
Tom: Lo que quieras bonita.
Morgan: Que nunca dejarás que algo me pase.
Tom: ¿Por qué lo dices? ¿Algo ocurre?
Morgan: No, nada. Sólo… promételo.
Tom: Claro que sí. Por ti hasta me pelearía por defenderte. A capa y espada. Todo por proteger a mi bonita.

Tom besó la frente de Morgan y ambos siguieron comiendo su helado. Era algo tan inmenso lo que Tom sentía. No entendía cómo es que él fue capaz de mencionar tantas cosas cuando antes le era imposible. No entendía su actitud. Ahora entendía el porqué su gemelo se había enamorado de una chica tan bella e inocente como Morgan…

***
…Morgan…

En un sueño, me encontraba en la Isla que me dio la vida. Me sentía tan libre y sin preocupaciones. Con una flor en mi cabello y mis alas de Mariposa que tanto echaba de menos. Sin nada de la vida actual, sin nada intelectual ni formal. Sólo podía respirar tranquilidad. Corrí hacia el centro de la Isla en busca de mi padre. Una vieja oruga que jamás pudo convertirse en una Mariposa. Apostaba a que iba a ser la más hermosa. Busqué bajo el árbol más viejo de lugar, pero no había encontrado nada. Me preocupaba ya. Corría por toda la Isla gritándole para ver aunque fuese una señal. Pero no hallaba nada. De pronto el suelo comenzó a temblar. Rápidamente me tiré al suelo. Los árboles cayeron y el agua se esparció por todo el lugar. El sol se cegó y la oscuridad me envolvió. Abrí los ojos y me di cuenta de que todo era un sueño. Me levanté de la cama rápidamente. El suelo estaba completamente frío. Mi garganta estaba seca por lo que necesitaba rápidamente un poco de agua. Abrí la puerta y había una chica parada ahí, era como si ya hubiese sabido a qué hora abriría la puerta. Se fue acercando violentamente a mí. Tomándome del cuello y metiéndome de nuevo a la habitación. Comencé a gritar muy fuerte con la esperanza de que Gustav llegara y la detuviera. Pero todo fue en vano. Él nunca llegó. Nunca me escuchó.

“¿Quién eres?”- preguntaba mientras trataba de quitar su mano de mi cuello. Comenzaba a asfixiarme. La miré con la oportunidad de tenerla muy cerca de mí. Era la misma chica que vi antes. En el parque que Gustav me había llevado. Su rostro era el mismo aunque su verdadera apariencia no.

-Mi nombre es Arabelle. Y pagarás por lo que has hecho.

No entendía nada. No he hecho nada. Al menos eso era lo que creía.

Arabelle: pediste algo que nunca debió haber sido cumplido. Y ahora, la vida de mi familia está en riesgo.

Morgan: No entiendo a qué te refieres.- mencioné con esfuerzo hasta que ella me dejó caer por completo.

Arabelle: Si tú no hubieras pedido ese estúpido deseo de ser humana y saber lo que es el amor, tu padre no hubiera fallecido. Ahora sin él nosotros estamos en peligro. Y si no recuerdas nada te refrescaré la memoria… tu padre, la gran oruga, tenía un pacto con mi padre. El águila más hermosa de todas. El pacto fue que, si uno de ellos moría el otro también. Tu padre murió por falta de poder. Y ahora el mío lo estará también. Si no te mato a ti, él morirá.

Morgan: ¿Y por qué a mí?

Arabelle: Porque eres la hija del rey de Schmetterling.

Me sentía tan fatigada que lo único que escuchaba era como destruía cada una de mis cosas. Comencé a llorar desconsoladamente. Ella se acercó a mí y lo único que pude sentir fue un gran golpe en mi estómago. Ese era mi punto débil para quedar completamente inconsciente.