Gustav: ¿Te divertiste Morgan?- preguntó al verla entrar a la casa con un osito de peluche.
Morgan: Sí. Supongo que has de estar molesto.
Gustav: Para nada. Al contrario. Me alegra que por fin hayas salido con alguien más que no fuera yo.
Morgan: -ruborizada- Lo siento.
Gustav: No hay nada de qué disculparse. Tan sólo quiero hacerte una pregunta.
Morgan: Claro. –Se sentó en el sofá junto con Gustav- ¿Qué pasó?
Gustav: ¿Qué significa todo el desastre de tu habitación?
Morgan no sabía nada que decir. Sentía confianza a Gustav pero no la suficiente para contarle todo con detalle. Tenía que buscar alguna excusa.
Morgan: Es que… yo… soy sonámbula.
Gustav: ¿Enserio?
Morgan: Sí. Es lo único que no me gusta de mí. Hago muchas cosas indebidas.
Gustav: Ok. Te creeré. –Respondió- ¿Quieres comer? Mi abuela hiso lasaña.
Morgan: ¿Enserio?... y eso que es.
Gustav: Ya lo verás. Comamos y después te ayudo a arreglar tu cuarto.
Ambos se fueron a la sala a comer. Morgan se sentía un poco más alivianada pero aún así no podía olvidar todo lo que había dicho Arabelle. “Morir ella” era algo a que le temía.
Mientras tanto en la casa de los Kaulitz:
Tom: Ya hermano. Tampoco no es para tanto.
Bill: Es que… no sé.
Georg: Ya admítelo Bill.
Tom: Sí. No seas cobarde.
Bill: Que no lo sé.
Georg: A Bill le gusta Morgan… A Bill le gusta Morgan…- decía mientras le pegaba a Bill con un cojín.
Simone: ¿Eso significa que tendré una ahijada?- iba entrando a la casa junto con Gordon con bolsas de mandado.
Bill: No mami. Estos dos que siempre me molestan.- le regresó el cojinaso a Georg.
Tom&Georg: Señor mentirotas.
Simone: Y para empezar…- mencionó mientras dejaba las bolsas en la mesa.- ¿Quién es Morgan?
Georg: Una chica perdida que encontró la abuela de Gustav.
Simone: ¿Perdida?
Tom: Sí, según la encontraron en un parque sola y casi desnuda. Qué suerte la de la abuela.
Bill: -pegándole en el hombro a Tom- Tranquilo.
Tom: ¿Ves? Estás celoso. En realidad te gusta.
Georg: Sí Bill. Tom solo lo dijo de broma… o ¿no?
Tom: Sí fue de broma. Pero Bill se hecho de cabeza solito.
Bill: Creo que me voy a mi cuarto.
Simone: ¿No comerás?
Bill: No tengo hambre.- subió las escaleras encerrándose por completo en su habitación.
Georg: Yo también ya me voy. Tengo sueño.
Tom: Creo que quieres más a tu cama que a tu novia.
Georg: Lo bueno es que cuando me case con mi novia tendré una cama más grande.
Tom: -riéndose- Suerte.
Georg: Adiós Simone, Adiós Gordon.- tomó su chaqueta y se fue.
Simone: y ¿Tú conoces a esa chica Morgan?
Tom: Sí, es una chica muy guapa. Inteligente, tiene unos ojos que no mamá. Hasta tú quisieras tenerlos. Su piel es tan suave y no sé cómo le hace para oler siempre como a miel. Su cabello es tan sedoso y…
Simone: Ok. Ya entendí.
Tom: Es que, enserio mamá, es tan hermosa.
Gordon: Pero si le gusta a Bill no deberías meterte mucho con ella.
Tom: Para nada… hoy salí con ella y… ¿Te digo algo? Es como mi hermana.
Simone: Que bien hijo. Bueno. Vallamos a comer.
Los tres se sentaron a comer mientras Bill estaba postrado en su cama, veía el techo como si viese el cielo estrellado. Poco rato después se sentó en su cama entrelazando sus dedos. Sus codos los tenía recargados en sus piernas y su cabello colgaba frente a sus ojos.
Bill: ¿Por qué ella?- se preguntó a si mismo mientras recordaba a Morgan la primera vez que la vio. Tan tímida y aquella mirada que lo hiso ver más allá de su mente.- a veces siento que es tan extraña.- se rió al recordar aquella canción que él compuso… comenzó a cantar al mismo tiempo que se acostaba y el sol se ocultaba. Poco a poco iba quedándose dormido pero sin quitar de su mente el delicado rostro de Morgan.
*En casa de Gustav*
Gustav: Por fin. Terminamos con tu cuarto. Lástima que tus perfumes no se salvaron.
Morgan: No te preocupes. Eso es lo de menos.
Gustav: Bueno. Me voy a acostar. Que descanses.
Morgan: Pero a penas son las 7.
Gustav: ¿Quieres hacer alguna cosa?
Morgan: Claro.- sonrió-
Gustav: ¿Cómo qué?
Morgan: No lo sé. Algo que a ti te guste hacer.
Gustav sonrió de oreja a oreja y la tomó de la mano. Fueron a su habitación y Gustav le mostró su batería. Le enseñó a tocar. Morgan se equivocaba mucho y lo único que hacía era golpear sin ritmo alguno. En algunos momentos cuando ella golpeaba la batería la baqueta salía volando. Gustav solo se reía de todo aquellos que le hacía gracia, incluyendo el golpe que se dio Morgan con un platillo. El ruido era bastante fuerte que la abuela de Gustav abrió lentamente la puerta de su habitación y al verlos tan felices sonrió ella misma. Cerró la puerta y se fue a su habitación con una gran sonrisa.
Gustav: bueno, ya llevamos aquí dos horas. Ahora sí, a dormir se ha dicho.
Morgan: Oye… ¿Me puedo quedar a dormir contigo? Solo hoy.
Gustav: ¿Por qué? ¿Te da miedo?
Morgan: Bueno, si quieres ya me voy
Gustav: No… si quieres quedarte puedes. Sólo ve a cambiarte y luego regresas. Así aprovecho en ponerme mi pijama también.
Morgan asintió y se dirigió a su cuarto a cambiarse. Entró con tal temor a su habitación que se cambió muy rápido. Bajó a la cocina a tomar un poco de agua y comenzó a ver la cocina con detenimiento. Aquellos detalles eran nuevos para ella. Muy brillantes y con figuras de flores. La ventana estaba abierta por lo que suaves brisas entraban a la casa. Morgan recordó rápidamente cuando estaba en la Isla. Las flores, el viento, la tranquilidad… su padre. Tal vez Arabelle tenía razón, ella sabía lo del pacto y no le importó. Ahora solo tenía que esperar hasta que llegara su día final. De todas maneras, las mariposas no duran mucho tiempo vivas. De eso estaba muy segura. Cerró la ventana y subió al cuarto de Gustav, al entrar lo pudo ver acostado en su cama viendo la televisión. Él, al verla, se hiso a un lado para hacerle un espacio a Morgan. Ambos se quedaron viendo la tele por un buen rato, poco después Gustav se quedó dormido mientras que Morgan no podía. Cada vez sentía más miedo de lo debido. Era una chica muy sensible y muy fácil de lastimar. No podía dejar las cosas así. De una u otra manera ella tenía que regresar a la Isla para poder ponerle fin a aquél problema. ¿Alguna solución? Sacrificio. Era lo que se pedía al culpable de algún problema en la isla. Pero lo que más le dolía era su padre. ¿Falta de poder? Y ¿La conexión entre él y el padre de Arabelle? Ahora entiendía el porqué las águilas no los atacaban. Morgan cerró los ojos tratando de buscar el sueño… pero éste llegó dos horas más tarde.
Al día siguiente con Bill Kaulitz:
Bill: Mamá-gritó- voy a salir.
Simone: ¿A dónde irás?
Bill: A buscar a Morgan.
Simone: ¿Enserio?- se acercó a él- ¿Y qué piensas decirle?- preguntó emocionada.
Bill: Le diré que…
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CHANANANAAANNNN... HAHAHAHAHA... ¿QUE PASARÁ? ¿QUE LE QUERRÁ DECIR BILL A MORGAN? QUIEN SABE... HEHEHEHE... SI COMENTAN MUCHO SUBIRÉ EL SIGUIENTE CAPI MUY PRONTO. TODO DEPENDE DE SUS COMENTARIOS =D
aaaaaaaaaaaaaaaaaaa me encanta como te atreves a dejarla ahi vamos sube pronto he esperado mucho ii cuando digo mucho es mucho me encanta tu fic siguela cuidate besos bye (:
ResponderEliminarnenaaa que bueno que regresaste encerioo esta fic me encanta la amo y con los pocos cap que tiene tengo que decirte eres una excelente escritora tu fic esta superr hermosa y creativa
ResponderEliminarporfaa intenta subir cap muy pronto miraa que lo dejaste muyy buenoo el cap jajajajaj sigue con la fic no la dejes